CM Punk y el campeón mundial peso pesado Seth Rollins cautivaron al Universo de WWE el lunes con una promo que apuntaba a un enfrentamiento entre los dos en el futuro cercano.
Rollins atacó a Punk en el micrófono por abandonar WWE y luego llamarla «hogar» cuando fueron Rollins y el resto del vestuario quienes mantuvieron la compañía en la cima mientras el nativo de Chicago hizo todo lo que pudo para derribarla.
En respuesta, Punk advirtió que era su única oportunidad para hablarle irrespetuosamente antes de atacarlo.
Fue un segmento magistralmente ejecutado que recordaba una confrontación igualmente tensa entre Punk y «Hangman» Adam Page en All Elite Wrestling que inició su espiral descendente en esa empresa, que como recordaran, culminó con su despido en septiembre.
¿La diferencia? Ambos hombres en WWE parecían entender que los negocios y el dinero es lo más importante.
Una historia Underdog
Ni Punk ni Rollins eran lo que uno consideraría superestrellas típicas de WWE. Eran pequeños, demasiado «Indy» y no tenían el aspecto de superhéroe que enamoraba a Vince McMahon.
Sin embargo, gracias al trabajo y determinación, ambos pudieron deshacerse de todas las etiquetas y alcanzar el estrellato en WWE.
Las suyas son historias en la línea de Rocky Balboa, un personaje querido por su tenacidad, ambición y fe en sí mismo, curiosamente este personaje tiene una estatua en Filadelfia, lugar donde se desarrollará WrestleMania 40.
El fracaso en AEW
Otro elemento clave en esta historia, pero no abordado de forma directa es el fracaso de Punk en AEW.
Si bien en su última etapa se puede destacar su lucha contra Samoa en el All In London, está lejos de si quiera estar cerca de lo que se esperaba de su segundo paso por AEW.
Punk, como luchador profesional, tiene la oportunidad de deshacerse de esa imagen tan desastrosa en AEW, su paso en AEW será recordado por sus lesiones y conflictos con luchadores fuera del ring.
Una gran actuación en un escenario como WrestleMania es lo que necesita Punk, mucho más que Rollins. Puede silenciar cualquier duda entre los críticos, en donde nos incluimos, sobre que, a sus 45 años, aún puede estar dentro de un ring.
¿Es un Dream Match o una rivalidad real?
Más allá de parecer haber un conflicto real entre Punk y Rollin, esta lucha incluye a dos nombres grandes y eso es algo que WWE puede aprovechar y no ha tenido en mucho tiempo de forma legítima.
La noche del lunes fuimos testigos de la tensión que se vive cuando ambos comparten el ring.
Rollins no ha ocultado su mala vibra por Punk, de hecho, en la semana del pasado Royal Rumble, Rollins tuvo palabras poco amistosas.
«Simplemente creo que ha sido muy egoísta en lo que respecta a su perspectiva sobre la industria. Creo que ha sido extremadamente egoísta, ha desempeñado el papel de mártir a la perfección”.
«Él me ayudó en lugares cuando no era necesario; ya sea por su propio bien o no, no estoy del todo seguro, pero, de todos modos, me ayudó a llegar a donde necesitaba ir y hacer las cosas que necesitaba». «Y para un tipo que, cuando lo conocí, me hizo parecer que se dedicaba a retribuir al negocio. Realmente se convirtió en un tipo bastante egoísta».
Queda por ver hasta qué punto el enojo entre Rollins y Punk es genuino, pero el hecho de que se perciba un odio entre dos tipos con una habilidad especial para decir lo que piensan hace que este feudo sea eléctrico y es algo que WWE hace mucho no tiene.
Lo que dicen, cómo lo dicen y cuánto sabía cada persona sobre las palabras antes de que fueran pronunciadas crea un interés genuino que no puede escribirse en un guión en una sala de escritores.
Un feudo que juega con las verdades y se intensifica en función de las percepciones de lo que uno siente por el otro, solo sirve para generar más expectación y entusiasmo por un combate que debería ser uno de los mayores atractivos del fin de semana de WrestleMania ¿Que podría robar el main evento de un Rollins vs Punk? Quizas un Reigns vs The Rock, pero eso está por verse.