John Cena y el entierro de talento se puede canalizar en SummerSlam 2010, al menos eso se suele decir. Si hablamos de ese SummerSlam, está muy lejos de ser considerado la mejor entrega de este evento anual (Esa sigue siendo la edición del 2002), ni si quiera entraría en algún top de algo positivo, después de todo, vimos como John Cena, un minuto y 30 segundos después de recibir un DDT sobre concreto expuesto, ganó una lucha en la que quedo en desventaja. Aplastó a Justin Gabriel y Wade Barrett de manera tan definitiva que sus carreras casi se extinguieron en ese momento.
Y mientras que John Cena es considerada una leyenda a día de hoy, lo cierto es que fue insoportable ver esa versión de su personaje cada semana en tiempo real.
Hablamos de una época en la que WWE era incompetente y muy apática a la hora de crear estrellas nuevas y ese final del evento principal de SummerSlam 2010 fue una terrible muestra de eso, está claro que no fue exactamente una buena idea, pero siendo realistas, Wade Barret y el resto del Nexus realmente llegarían a ser las nuevas estrellas de WWE sin ese «entierro»
Wade Barrett era el que más destacaba, era el líder, tenía presencia y confianza, pero en el ring era realmente opaco.
El resto de nombres menos importantes para el grupo como Darren Young, David Otunga y Michael Tarver fueron activamente malos. Heath Slater término «reinventándose» con personajes de comedia que eran eso, un chiste recurrente. Justin Gabriel era el luchador con movimiento aéreos sin personalidad y Skip Sheffield termino transformándose en Ryback en 2012.
Nexus en realidad no era un grupo de futuras megaestrellas.
Está bien, el final de SummerSlam 2010 fue realmente malo, incluyendo lo insufrible de ver a Cena en esa etapa, pero una victoria del grupo sobre la cara de WWE no iba a mejorar una materia prima que no tenía realmente lo necesario para ser las nuevas estrellas de la compañía.
Acaso ¿alguno realmente pensó que Justin gabriel o Rybak iban a ser el próximo Shawn Michaels o Stone Cold?