WWE · junio 16, 2021

La mejor Hell in a Cell de la era moderna de WWE

A pesar de que en última instancia esto en realidad no fue el «fin de una era», la Hell in a Cell en Wrestlemania 28 entre Triple H y Undertaker de fue prácticamente todo lo que podemos pedir de un encuentro de Hell in a Cell de hoy en día en la WWE.

Y es bueno marcar el hoy en día, después de todo, la mejor Hell in a Cell en la historia sigue siendo el Undertaker vs Mankind de King of The Ring 1998 y las diferencias son mas que claras, especialmente en el nivel de violencia.

Y con el contexto de que en la actualidad la violencias debe ser reducida para mantenerse como un show familiar, HHH y el Undertaker lograron caminar por esa delgada línea entre los limites de lo permitido actualmente.

Sobre la rivalidad, esta marcó el tercer enfrentamiento uno contra uno que estos dos tuvieron en Wrestlemania. Los dos primeros terminaron en victorias para Taker, pero las probabilidades esta vez estaban a favor de Triple H, especialmente cuando su mejor amigo Shawn Michaels fue nombrados el árbitro de la lucha.

Esta lucha tuvo una gran sensación incluso antes de que sonara la campana. La multitud en Miami estaba emocionada al ver a estas leyendas y rivales de toda la vida, en donde el ganador solidificó su superioridad sobre el otro como el mejor de su era.

Si el Undertaker ganaba, lograba un 20 a 0 en WrestleMania, pero no iba a ser una hazaña fácil. Triple H le dio todo lo que tenía con una combinación Sweet Chin Music más Pedigree, que casi pone el final de la racha (En restrospectiva hubiera sido un mejor final de la racha)

La emoción de los tres hombres fue surrealista, con el invicto de Taker en Wrestlemania realmente pareciendo estar en peligro. El Undertaker no era el luchador de antaño y, por lo tanto, le costó mucho más de lo habitual salir de cada cuenta.

Un enfático Tombstone le valió la victoria contra el juego y un récord de WrestleMania aún impecable. La vista final de los tres íconos abrazándose en un abrazo grupal en la parte superior del escenario y mirando al público fue un gran final para una de las últimas obra maestra de la era actual de WWE.