Roman Reigns ha dominado la escena principal en SmackDown desde su regreso como The Tribal Chief.
En Payback 2020, la estrella de segunda generación derrotó a The Fiend y Braun Strowman por el Campeonato Universal. Hasta la fecha, Reigns ha ostentado el título durante casi 530 días y lo ha defendido con éxito 19 veces.
Ha sido una carrera extremadamente protegida y eso la está volviendo un poco obsoleta. Eso no es un golpe en contra del desempeño de Reigns, es contra WWE que aún tiene que presentar una amenaza creíble para Reigns.
Peor aún, sus luchas están empezando a volverse formulistas porque siempre hay algún tipo de interferencia o un final en DQ. El final de su excelente lucha con Seth Rollins en Royal Rumble es un buen ejemplo, un final decepcionante.
Ese tipo de resultado anticlimático podría funcionar si creyéramos que esto conducía a algo más, pero no fue así. Es más, Rollins ya no está ni cerca de un plan de continuidad y ahora es Goldberg quién reta a Reigns en Arabia Saudita. Es probable que Reigns derrote a Goldberg con facilidad en Elimination Chamber y ¿entonces qué? Es más de lo mismo con Brock Lesnar esperando su revancha en WrestleMania.
La Bestia Encarnada tiene la mejor oportunidad de terminar con el mandato de Reigns como campeón universal. Ese no es exactamente un final emocionante para un reinado dominante, pero si no es Lesnar, ¿quién más está ahí? ¿Puede WWE crear otro contendiente viable tras WrestleMania?